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domingo, 30 de julio de 2017

EL MIR DE JORGE “CHICHI” RÍOS DALENZ


En octubre de 1969 el Partido Demócrata Cristiano expulsó públicamente a los dirigentes de la Juventud Demócrata Cristiana. Era un ajuste de cuentas por haber intentado los jóvenes democristianos ganar la presidencia del partido y desplazar a la dirigencia tradicional. Adalberto Kuajara, Jorge Ríos Dalenz, Alfonso Camacho, Gastón Encinas, Percy Miranda, Fernando González, entre otros, fueron los expulsados. Una vez fuera del PDC, la JDC decide casi por reflejo convertirse en Partido Demócrata Cristiano Revolucionario (PDCR).

Se vivía tiempos de radicalización, el Concilio Vaticano II había revolucionado el mundo católico, la revolución cubana aparecía como un faro de redención social, la teología de la liberación asomaba no solo ideológicamente, sino físicamente en la presencia de curas como Camilo Torres en los movimientos guerrilleros, y estaba fresca en la memoria la guerrilla de Ñancahuazú y la muerte del mítico comandante Che Guevara.

El joven PDCR, ideológicamente radicalizado hacia el marxismo leninismo, orgánicamente vigoroso, hegemónico en el movimiento universitario nacional y políticamente inexperto, participó en ese contexto desde dos escenarios: los unos, seducidos por el ejemplo del Che Guevara dieron testimonio de sus convicciones marchando a la guerrilla de Teoponte donde ofrendaron sus vidas; y los otros participaron en el nacimiento, desarrollo y fin de la asamblea popular.

En medio de este turbulento proceso, la sagacidad de Jorge Ríos Dalenz, orientó al PDCR en la búsqueda de una línea estratégica. En efecto, el PDCR propició en la juventud de la época un debate que permitió distinguir dos corrientes en la izquierda boliviana: una que se la caracterizó como tradicional, dependiente de los núcleos de poder comunista mundial, y otra, la izquierda revolucionaria encarnada en los grupos y personas que genuinamente trabajaban por la liberación nacional y el socialismo, auto-definiendo al PDCR en esta última corriente.

Hecha la distinción, el PDCR comprendió que el objetivo estratégico era unir en un solo movimiento a la izquierda revolucionaria, la misma que se encontraba dispersa en varios grupos como el Movimiento Revolucionario Espartaco, sectores disidentes del MNR, personalidades como René Zavaleta, César Chavez y grupos de marxistas independientes, grupos con los que logró un acuerdo para fusionarse, reuniéndose los dirigentes de estos grupos el 25 de mayo de 1971, para constituir el Comité de Integración Revolucionaria que debía convocar a un congreso para fundar el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria MIR.

Sin embargo, dicho congreso no pudo realizarse ya que el 21 de agosto de 1971 el entonces Coronel Hugo Banzer Suárez protagoniza un sangriento golpe, obligando al naciente MIR a asistir a la resistencia armada en el combate de Laikakota, junto a los militantes sindicales y políticos de la Asamblea Popular.  Estuvieron presentes, entre otros, Jorge Ríos Dalenz, Antonio Araníbar, René Zavaleta, Jaime Paz, Adalberto Kuajara, Marcel Ramírez, Sebas, Alfonso Camacho, José Pinelo, Hans Moeller, en un grupo de más o menos 70 combatientes miristas.

Derrocado el gobierno del Grl. Torres y derrotada la Asamblea popular, el victorioso Banzer canceló las libertades sindicales y políticas, condenando, a las fuerzas políticas de izquierda y entre ellas al MIR a la clandestinidad, lo cual lleva a Jorge Ríos Dalenz al exilio en el Chile de Allende.

El 7 de septiembre de 1971 el MIR realizó su primera reunión clandestina donde tomó, entre otras, una determinación fundamental: “la máxima dirección mirista debería residir siempre en el país”. Jorge Ríos, a pesar de su innegable liderato natural en el naciente mirismo, fue escrupulosamente respetuoso de dicha determinación reconociendo la autoridad de la primera dirección nacional clandestina constituida en el país por Antonio Araníbar, Jaime Paz Zamora, Sebastián, Ricardo Navarro, Alfonso Camacho, y el conjunto de compañeros que conformaron la DNC-1.

Es así que Ríos Dalenz apoyaba el trabajo clandestino del MIR en Bolivia desde su exilio; sin embargo, en septiembre de 1973 es derrocado el presidente chileno Salvador Allende y el régimen de Pinochet procede a masacrar a miles de chilenos y extranjeros asilados y, entre muchos, asesina a Jorge Ríos Dalenz truncando la vida del ideólogo del MIR y uno de los líderes más prometedores de la nueva generación política boliviana. Pero el legado de Jorge Ríos Dalenz no murió, sino que se fortaleció por la unidad de sus dirigentes y fue protagonista central en la lucha contra las dictaduras militares a las cuales finalmente junto al pueblo logró derrotar, asistiendo en primera línea a la fundación de la democracia contemporánea el 10 de octubre de 1982.

Sin embargo, el MIR de Jorge Ríos Dalenz, el MIR de los mártires por la democracia asesinados el 15 de enero de 1981, el MIR de los tiempos heroicos de la resistencia a las dictaduras, sufrió una derrota estratégica en democracia, fue derrotado por la descomunal crisis que arrasó con el gobierno de la UDP a fines de 1984, arrastrando al instrumento que naciera para unir a la izquierda revolucionaria, a fragmentarse en 3 ramas: “Masas”, “Bolivia Libre” y “Nueva Mayoría” que, separadas, expiaron sus faltas en el purgatorio neoliberal y todavía pagan penitencia en el  llamado estado plurinacional.

Un 25 de julio nació Jorge Ríos Dalenz, por ello es oportuno rendirle un homenaje de fraterno respeto reivindicando su obra política: haber concebido el MIR, ese MIR heroico que ofrendó generosamente la sangre de sus mártires. El MIR que, junto al pueblo logró restituir en Bolivia el sistema democrático. El MIR histórico del compañero Jorge “Chichi” Ríos.

Cochabamba, julio de 2017