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viernes, 15 de septiembre de 2017

EL RE-DESQUITE DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA PLURINACIONAL


El 16 de octubre de 2011 se conoció el resultado de la primera elección judicial por voto popular, en la cual la ciudadanía rechazó con una abrumadora mayoría a todos los candidatos seleccionados por la Asamblea Legislativa Plurinacional. En efecto, los votos válidos en dicha elección no alcanzaron ni remotamente una cantidad que pudiera dar a los nuevos magistrados la legitimidad y credibilidad que requerían para asumir los altos cargos de magistrados del Órgano Judicial.
Aun así, en lugar de desarrollar un proceso de autocrítica y de enmendar la situación, el Gobierno optó por posesionar a dichos candidatos, perdedores, en los cargos de magistrados con unos resultados que, en opinión del primer mandatario del país, fueron desastrosos y pusieron a la justicia boliviana en “terapia intensiva”, expresión pública lanzada quizás sin percatarse de que fue él mismo quien posesionó a dichos magistrados rechazados por la ciudadanía.
Es así que podemos calificar a la primera experiencia de elección de magistrados por voto popular como un fracaso, cuya causa principal salta a la vista: el sectario y excluyente proceso de selección de candidatos realizado por la Asamblea Legislativa Plurinacional. Ciertamente, no seleccionó a los mejores.
Hoy que estamos a las puertas de una nueva elección judicial en diciembre de 2017, la Asamblea Legislativa Plurinacional –cual si no hubiera aprendido la lección– ha desarrollado el proceso de selección de los candidatos de manera muy parecida a la de la elección de 2011. Si bien involucró limitadamente al Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana, repitió la exclusión de los colegios profesionales y de las personalidades más eminentes del derecho, actuando con el mismo sectarismo que la ciudadanía rechazó en las urnas, en octubre de 2011.
El proceso de selección de candidatos para las próximas elecciones judiciales constituyó, para la Asamblea Legislativa, la oportunidad para rendir un buen desquite. Pero, al parecer, puede más el sectarismo y la necesidad de controlar políticamente al Órgano Judicial.

En este contexto, el anunciado “voto ninguno” se perfila como la reiteración de la nota de reprobación al pésimo trabajo de la Asamblea Legislativa Plurinacional para la elección de los mejores recursos humanos que puedan enfrentar la crisis judicial que agobia a la ciudadanía y al Estado boliviano.

viernes, 1 de septiembre de 2017

MATICES QUE HACEN LA DIFERENCIA


Todos queremos la integración y vertebración del territorio boliviano, por lo cual, nadie se opone a la construcción de la carretera que unirá Cochabamba con el Beni. ¿Cuál es el matiz? El gobierno y sus aliados quieren que la carretera pase por el núcleo del TIPNIS; en cambio la mayoría de los bolivianos queremos que dicha carretera se construya sin destruir el corazón del TIPNIS.
Todos queremos que mejoren las condiciones de vida de los pueblos indígenas, que puedan acceder con mayor facilidad a los servicios de educación, salud, saneamiento, etc. ¿Cuál es el matiz? La mayoría de los bolivianos queremos que la carretera pase por las comunidades indígenas, las cuales no están en el núcleo, sino bordeando el TIPNIS. En cambio, el gobierno, los cocaleros y sus aliados quieren afectar el corazón del TIPNIS, lo cual permitirá desmontar el bosque, colonizar a los indígenas, e inundar el parque con sembradíos de coca y soya.
Todos rechazamos la intervención extranjera en los asuntos internos de Bolivia. ¿Cuál es el matiz? El gobierno rechaza solamente la injerencia norteamericana; en cambio, la mayoría de los bolivianos rechazamos la injerencia de EEUU, China, Venezuela, Irán, Cuba, etc.
Todos queremos que se solucione la crisis de la justicia en Bolivia. ¿Cuál es el matiz? El gobierno quiere magistrados afines a su línea y dispuestos a ser manipulados. En cambio, la mayoría de los bolivianos queremos que se elijan magistrados entre los mejores recursos humanos y se garantice la seguridad jurídica de la ciudadanía y del Estado boliviano.
Todos estamos obligados a cumplir la constitución. ¿Cuál es el matiz? El pueblo siempre cumple sus deberes constitucionales. En cambio, los gobernantes se aferran al poder y se aprestan a desobedecer la constitución.

Esos son algunos matices que han alejado al gobierno de la ciudadanía al punto que, en el referéndum del 21 de febrero de 2016, la mayoría de los bolivianos le dijo NO a la re-re-re-postulación del actual presidente. Ese veredicto no tiene matices, la mayoría de los bolivianos queremos un cambio y a los gobernantes no les queda otro camino que obedecer al pueblo.