Slider

lunes, 16 de julio de 2018

¿EVO MORALES DICTADOR?

Con la cara desencajada por la ira, el presidente Evo Morales se presentó ante la prensa para rechazar la declaratoria de “Dictador” que el Primer Congreso Nacional de Plataformas y Colectivos Ciudadanos le asignó durante sus deliberaciones. A tiempo de descalificar a los colectivos ciudadanos con el infamante apelativo de “caraduras”, el presidente Morales recordó que su mandato es producto de la legitimidad del voto democrático mayoritario que en 2014 fue por encima del 60% a su favor. 

En otro tiempo esta contundente expresión presidencial habría bastado para echar por tierra dicha declaratoria de “dictador”, pero, dado el creciente desgaste de la palabra del presidente Morales, por recomendación del señor vicepresidente acudimos en consulta al “mataburros”, y encontramos que según el diccionario de la lengua española, una dictadura es el “Régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad”. 

A la luz de esta definición, comienza a tener sentido la declaratoria del Congreso de Plataformas y Colectivos Ciudadanos ya que Bolivia efectivamente está viviendo un período de hiper-concentración del poder. El presidente y su entorno controlan no solo el ejecutivo, sino todos los órganos de poder del estado desde el poder ejecutivo, legislativo, judicial, defensoría del pueblo, órgano electoral, etc., no existiendo instancia alguna que limite los excesos de dicho poder. Asimismo, su rodillo parlamentario le permite promulgar y modificar leyes a su voluntad. Adicionalmente, la conducta prepotente de las principales autoridades del gobierno y la pretensión ilegal de perpetuarse en el poder a como dé lugar ha reforzado el sentimiento ciudadano de estar bajo un régimen de formalidad democrática, pero de características abiertamente autoritarias, dictatoriales y represivas. 

En consecuencia, bueno sería que el presidente Morales en lugar de enojarse, reflexione y rectifique el rumbo de su gobierno retornando a sus slogans: “vivir bien”, “gobierno sin muertos”, “gobernar obedeciendo al pueblo”, etc., con los que había logrado el apoyo ciudadano. Finalmente como patriótico corolario respete el mandato constitucional así como la voluntad ciudadana expresada en el referéndum del 21F, abandonando su ilegal ambición de re-re-re-postularse y como entró, salga por la puerta ancha de la legalidad democrática. 

Cochabamba, julio de 2018