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lunes, 22 de junio de 2020

COYUNTURA BOLIVIA JUNIO 2020


1. La victoria popular del 21F, la derrota del fraude electoral de octubre de 2019, la fuga del ex-presidente Morales y la instalación por sucesión constitucional del gobierno de Jeanine Añez han marcado el repliegue del proyecto de la transnacional Foro de Sao Paulo cuyo objetivo es convertir Latinoamérica en una región dependiente del neo imperialismo del eje China, Rusia e Irán. Según este proyecto llamado también socialismo del siglo XXI, en Bolivia, el régimen de Evo Morales debía convertirse en una autocracia vitalicia similar a Cuba, Venezuela, Nicaragua, la misma China, Rusia e Irán. Para viabilizar dicho proyecto, durante 14 años el régimen masista destruyó el sistema político por la vía de la decapitación de los partidos a los cuales descabezó mediante la persecución político judicial de sus líderes, determinando un vacío de liderazgo en las fuerzas del campo democrático. Dicho vacío fue notorio en la victoria del 21F cuya forma de acción política tuvo el marcado rasgo de la auto convocatoria ciudadana. Recién para las elecciones de octubre 2019 el pueblo improvisadamente impulsó la emergencia de liderazgos, unos a través de su participación electoral y otros como parte de la resistencia desde los comités cívicos, plataformas y colectivos ciudadanos.
2. Estos liderazgos emergentes, sin embargo, no han logrado ponerse a la altura de las aspiraciones populares ya que en lugar de articularse en un poderoso frente que aglutine al 70% ciudadano que simpatiza con el campo democrático, han optado por confrontarse entre sí. La presidente Añez que empezó con grandes posibilidades de llenar el vacío de liderazgo, resignó esta posibilidad al reducir su base de sustentación política al partido Movimiento Demócrata Social cuyo candidato en las elecciones anuladas apenas había logrado el 4%. Sectarizarse, perder la perspectiva histórica entrando al juego electoralista con su candidatura y los escándalos de corrupción bajaron notoriamente sus posibilidades. Adicionalmente, caracterizar a Carlos Mesa como enemigo principal y contemporizar con el masismo no promoviendo acciones sobre el fraude, los 14 años de corrupción y abuso de poder, es un error estratégico.
3. Por su parte Carlos Mesa, que había sido favorecido con el voto mayoritario del campo democrático, tampoco asumió la tarea unificadora que le correspondía, enfrascándose más bien en el aislamiento y la confusión de visualizar como a enemigo a la presidente Añez, atacándola coincidiendo en ello con el masismo. Luis Fernando Camacho que había despertado expectativa por representar renovación en el liderazgo político emergente de las luchas cívicas, pronto decepcionó y pese a mantener su alianza con Marco Pumari otro líder emergente, errores infantiles propios de la inexperiencia le restó credibilidad y perdió la oportunidad de aglutinar mayor convocatoria en el campo democrático. Otro tanto sucedió con los demás candidatos.
4. Las elecciones convocadas para el 3 de mayo de 2020, han sufrido un cambio radical como consecuencia de la aparición del Coronavirus sobreponiéndose en la agenda de prioridades y postergándolas. Dicha postergación perjudica las pretensiones del MAS cuya tendencia en intención de voto descendió del 48,7% que sacó el 21F, al 30% que las encuestadoras le asignaron en octubre de 2019; y a medida que transcurre el tiempo la base electoral del masismo va desgastándose principalmente por ya no tener el “maravilloso instrumento del poder”, en cambio cerca al 70% del pueblo que en las urnas y en las calles rechazó victoriosamente el fraude se mantiene firme contra el MAS, lo cual ha desesperado a Morales que sabe que en las próximas elecciones si son limpias el MAS perderá sea en primera o en segunda vuelta. Por ello, las medidas dirigidas a provocar una convulsión social, dejan al descubierto que el interés de Evo Morales no es elecciones limpias y transmisión pacífica del poder al nuevo gobierno, sino el fracaso de las elecciones empujándonos a una improvisación deslucida con poca participación ciudadana, sin control electoral, sin programas actualizados, sin debates y sin campaña, elecciones que posteriormente ellos mismos puedan impugnar y tomar como pretexto para promover la violencia y el golpe antidemocrático que les permita volver al poder.
6. En este escenario, la iniciativa ha vuelto al campo de las fuerzas democráticas ya que la preservación del proceso democrático depende del cumplimiento de las tareas y desafíos pendientes, básicamente lograr un acuerdo político de los principales líderes y candidatos del campo democrático y popular para darle al proceso un plan ordenador que permita enfrentar exitosamente la crisis sanitaria y fijar un calendario electoral para llevar adelante unas elecciones bien planificadas, que no signifiquen costos demasiado onerosos y una transmisión del mando pacífica y ordenada que no deje posibilidades para una impugnación desde el campo autoritario del masismo y del contexto internacional en el que el Foro de Sao Paulo, ahora reorganizado como Internacional Progresista, ha demostrado tener influencia mediática y capacidad de ofensiva diplomática.

domingo, 7 de junio de 2020

RESARCIMIENTO DE GASTOS ELECTORALES MALOGRADOS


1. Con la finalidad de re-re-re-elegirse indefinidamente, el ex-presidente Evo Morales, contra viento y marea, convocó al referéndum del 21 de febrero de 2016 con un costo de Bs. 166 millones. Como en dicho referéndum el pueblo por mayoría dijo NO a sus ambiciones re-eleccionistas, decidió desconocerlo echando a la basura el gasto realizado.
2. El 27 de enero de 2019, con la finalidad de mostrar apoyo a su ilegal postulación el ex-presidente Morales hizo convocar a elecciones primarias con un costo de Bs. 27 millones. Como en dichas primarias no recibió el apoyo esperado, las dejaron sin efecto.
3. En las elecciones generales del 20 de octubre de 2019, cuyo costo fue de Bs. 217 millones, el partido del expresidente Morales cometió un escandaloso fraude por el cual dichas elecciones fueron anuladas.
4. En total, el hecho de que el ex-presidente Morales no haya respetado la Constitución Política del Estado, la voluntad del pueblo y las leyes, le costaron al país 410 millones de bolivianos, dinero que el pueblo debe recuperar.
5. En consecuencia, es tiempo que la Procuraduría General del Estado, el Ministerio público y la Asamblea Legislativa Plurinacional inicien las acciones para que los ex-mandatarios que desconocieron la voluntad del pueblo, la Constitución y las leyes, devuelvan los dineros gastados en dichos actos electorales malogrados.
Cochabamba, 7 de junio de 2020