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sábado, 12 de septiembre de 2020

ALFONSO CAMACHO PEÑA, CONSTRUCTOR DE LA DEMOCRACIA


 Corría el año 1972 y la dictadura militar del entonces coronel Hugo Banzer Suarez, oprimía al pueblo bajo el régimen del P.O.T.O. (Paz, Orden y Trabajo Obligado)[1].

Para mantener a raya a los políticos opositores, dirigentes sindicales, activistas de derechos humanos y otros “desobedientes”, Banzer había montado un aparato represivo muy sofisticado dirigido por los rudos Ministros del Interior Cnel. Andrés Selich primero y luego Cnel. Mario Adett Zamora, quienes administraron la violencia con saña inusitada bajo el asesoramiento y participación directa del criminal de guerra nazi Klaus Barbie, apodado el “carnicero de Lyon” por sus hazañas represivas en la Alemania hitleriana de la segunda guerra mundial.[2]

Durante el gobierno del general Juan José Torres a quién Banzer derrocó, el Partido Demócrata Cristiano Revolucionario, componente mayoritario de lo que posteriormente sería el MIR, era el partido dirigente de un poderoso movimiento universitario que, desde la Asamblea Popular, había resistido el golpe banzerista no solo políticamente, sino empuñando las armas formando parte del ejército popular que había constituido la comisión de seguridad y defensa de la Asamblea Popular. Fue por eso que la dictadura banzerista triunfante en agosto de 1971, en venganza y como medida de seguridad política, asaltó las universidades y las clausuró.

Como la dictadura no podía cerrar las universidades de por vida, aunque hubiera sido su deseo hacerlo, tuvo que dar paso a su reapertura. Para ello tomó las precauciones del caso. Así, en el plano académico el 2 de junio de 1972, mediante el Decreto 10298/1972, promulgó la “Ley Fundamental de la Universidad Boliviana”, exhibiendo a plenitud el carácter autoritario del régimen y marcando el inicio de una etapa distinta en la vida de las universidades públicas del país. Luego, el régimen anunció la reapertura de las actividades académicas; así el 17 de agosto de 1972 la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, la UMSS de Cochabamba, la UAGRM de Santa Cruz, la UAJMS de Tarija y la Universidad Técnica del Beni reabrieron sus puertas; el 24 de agosto lo hizo la UTO de Oruro y, finalmente, la UMSA de La Paz el 2 de octubre.

En el plano político la dictadura tomó sus previsiones para inhibir cualquier actividad política en lo que llamó la “nueva universidad”. Con este fin concentró su vigilancia particularmente en el naciente MIR, puesto que los dirigentes del PDCR ―pilar constitutivo del MIR― tenían a su cargo casi la totalidad de las direcciones estudiantiles en las universidades del país. La aplicación de esta estrategia explica la escalada represiva. El 6 de septiembre, es apresado Alfonso Camacho; en diciembre, Marcel Ramírez y Ricardo Navarro, y finalmente en enero de 1973, Oscar Eid Franco, todos dirigentes de primer nivel del movimiento universitario y del MIR.

Alfonso Camacho Peña, uno de los fundadores del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria MIR, detenido por el DOP en Oruro el 6 de septiembre de 1972, alrededor de las 11:00 de la mañana, luego de ser “fichado”, fue trasladado en un bus con destino a las dependencias centrales del DOP en La Paz. Al tanto de esto, su amigo, Carlos Montaño Ostria estaba esperándolo en la terminal de buses y le entregó una bolsa de dormir, que resultó de gran ayuda durante el tiempo de su cautiverio. Camacho fue sometido a tres interrogatorios, orientados a obtener información para ubicar a Antonio Araníbar, Jorge Ríos, Oscar Eid y otros sospechosos de ser parte de la dirección del MIR. En todos los interrogatorios expresó repetidamente que no tenía nada que ver con el MIR, que él era militante del PDC y que se había separado de las personas que fundaron el MIR. No fue sometido a tortura ni maltrato, en contraste a la norma común de ese tiempo.

La madrugada del 20 de septiembre fue trasladado al campo de presos políticos ubicado en la Isla Coati del Lago Titikaka. Allá estaban Mario Salinas Jaldín y Dionisio Huayñapaco del MIR. En Coati los presos políticos habían formado el Estado Mayor del Frente Revolucionario Antiimperialista (FRA), constituido por el PCB representado por Jorge Sattori; el PCML por Froilán Aguilar Paredes y el MIR por Mario Salinas Jaldín. Al arribo de Camacho a la Isla, Salinas pidió ser reemplazado por Camacho. La fuga de Coati fue posible gracias a ese equipo de conducción política, el espíritu rebelde y las ansias de libertad que impulsaron a los prisioneros a enfrentar los altos riesgos para salir de la isla.

El 2 de noviembre de 1972 tuvo lugar la fuga de la isla Coati, conocida también como Isla del Diablo y por su nombre ancestral Isla de la Luna, importante centro ceremonial en la época del Incario.

El Estado Mayor del FRA elaboró el plan de fuga en el que cada partido tenía asignado roles específicos y definidos. En la preparación de los detalles jugó un rol importante que contribuyó definitoriamente al éxito, un preso incomunicado, Luis Vélez Serrano, “Popeche”, que estando recluido en el edificio de la gobernación pudo observar, y luego informar, cómo estaba organizada la vigilancia interna de la gobernación, las actividades rutinarias del gobernador, coronel de Policía Jaime Burgoa, y del jefe de Seguridad, teniente de Policía Wálter Trujillo, con el que “Popeche”, mantenía una relación amistosa,

Se fijó el 1 de noviembre para ejecutar la operación, más, un cúmulo de factores imponderables forzó su postergación. El siguiente día las circunstancias se presentaron más favorables, tomando ventaja de la flexibilidad del plan y la experiencia recogida el día anterior.

A las 14:00 horas Alfonso Camacho, miembro del Estado Mayor del FRA, solicitó al gobernador la concesión de permiso para jugar un partido de fútbol entre presos y guardias, con lo que se logró neutralizar 11 guardias; por otra parte, la devaluación monetaria dispuesta por el gobierno días antes, provocó manifestaciones de los trabajadores fabriles en La Paz, motivo por el que fueron trasladados a dicha ciudad, en calidad de refuerzo otros 11 guardias, dejando solamente alrededor de 18 guardias en la isla.

Mientras transcurría el partido, al grito de “¡Banzer ha caído! ¡Viva la Libertad!” se logró detener al gobernador, inhabilitar a los guardias, apoderarse del armamento, destruir el equipo de comunicación de la gobernación y tomar control de la isla, cuyos habitantes, para celebrar el Día de Difuntos, habían preparado actividades en homenaje a sus parientes fallecidos y recibiendo a familiares que llegaron a la isla para participar en las celebraciones, razón por la que se hallaban  anclados 8 botes a vela, con capacidad para 6 personas cada uno, y una lancha a motor que permitieron embarcar rápidamente a 71 presos políticos y al secuestrado gobernador, obligando a los balseros a tomar rumbo hacia la bahía de Sampaya, ubicado frente a Coati.

Después de varias horas atravesando el lago picado por el viento tocaron tierra ya caída la noche. El grupo se dirigió hasta una de las cumbres de la península de Copacabana, desde donde vieron tres enormes fogatas que los guardias de Coati habían encendido para alertar de lo sucedido. Enfilaron hacia al poblado de Tinicachi, fronterizo con el Perú, guiados por el primitivo instinto de preservación, sobreponiéndose a los efectos de la extrema altitud, el gélido frío nocturno, la casi total oscuridad y la persecución que empezó a pisar sus talones. Marcharon hasta el pueblo de Yunguyo donde se entregaron a la Policía de Investigaciones del Perú (PIP), 67 fugados, siendo liberado el gobernador de Coati. Habían sido recapturados 4 compañeros.

La noche del 5 de noviembre fueron trasladados a Puno y en la madrugada del 6 al aeropuerto de Juliaca desde donde, en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Peruana, arribaron al Puerto del Callao. Una vez en Lima, fueron identificados en un cuartel de la PIP y comenzaron tratativas para obtener asilo definitivo ya que el Perú sólo concedió asilo de tránsito. Chile rehusó y otras posibilidades tampoco progresaron satisfactoriamente. Finalmente, una aeronave de Cubana de Aviación los recogió del aeropuerto “Jorge Chávez” de Lima, para embarcarse rumbo a La Habana,

El 6 de noviembre, cerca de las 20:00 horas, el contingente de fugados de Coati arribó al aeropuerto “José Martí” donde fueron recibidos por autoridades del gobierno y una multitudinaria concentración de ciudadanos portando gigantescas pancartas y saludos revolucionarios, además de unos 200 corresponsales internacionales y cubanos, periodistas ansiosos de cubrir la historia de la espectacular fuga que habían propiciado los presos políticos encarcelados por el régimen de Banzer. En La Habana los fugados se enteraron que su escape había tenido un impacto internacional, dejando en ridículo y propinando un revés humillante a la prepotente dictadura banzerista.

El impacto resultante de la fuga fue un duro golpe asestado a la dictadura que siempre había negado la existencia de prisioneros políticos; la fuga de Coati representó un desmentido categórico a dichas negativas.

EPILOGO

Estando en La Habana, Alfonso Camacho Peña estudió a profundidad la historia de Cuba, lo cual le dio una base histórica que le sirvió para contribuir positivamente a la formulación del “entronque histórico” que fue el discurso que le permitió al MIR construir la UDP y derrotar a las dictaduras militares.

De Cuba, tras un periplo por Europa cumpliendo tareas partidarias, se incorporó al Comité Regional de Lima de donde ingresó clandestinamente en 1977 para participar de la Cuarta Dirección Nacional Clandestina del MIR y ser designado jefe del Comando Electoral del MIR para las elecciones de 1978, tarea desarrollada exitosamente ya que significó la primera victoria de la UDP, aunque empañada por el fraude de Pereda.

En las elecciones de 1980 fue elegido Senador por el Departamento de Cochabamba, cargo que no pudo desempeñar por el advenimiento del sangriento golpe de García Meza que lo condenó nuevamente a la clandestinidad.

El asesinato de los dirigentes del MIR el 15 de enero de 1981 lo encontró en el Perú donde había participado del famoso seminario de Lima, circunstancia que no le permitió a Camacho volver al país inmediatamente, sino que lo llevó a cumplir nuevas misiones en el campo internacional como la participación en representación del Gobierno Clandestino de Unidad Nacional presidido por el Dr. Siles Suazo, ante la Conferencia de los Países No alineados en Nueva Delhi, India.

En mayo de 1982 retornó clandestinamente a Bolivia para integrarse a la sexta Dirección Nacional Clandestina del MIR, desde la cual contribuyó decisivamente a la derrota del militarismo y el establecimiento de la democracia.

En el primer gobierno de la democracia contemporánea instalado el 10 de octubre de 1982, Alfonso Camacho ocupó las funciones de Ministro de Educación y Cultura del gobierno de la UDP, cargo que ocupó en dos oportunidades.

El 14 de noviembre de 1990 fue declarado Hijo predilecto de Tarata, engrosando la lista de tarateños notables protagonistas de importantes hechos históricos en el país. Posteriormente, durante el gobierno de Carlos Mesa en 2003 ocupó el cargo de Prefecto del Departamento de Cochabamba.

En 2018, luego de un arduo trabajo colectivo, presentó junto a otros compañeros, "Testimonio y legado”, libro que reúne la historia del MIR histórico.

Finalmente, en enero de 2020 Alfonso Camacho falleció por complicaciones de la insuficiencia renal que, años antes, le había llevado a recibir dos trasplantes de riñón, uno de su hermano Peter y otro de su hija Inés. Partió al cielo fiel a su vocación, manteniendo firme su rechazo al autoritarismo, defendiendo el legado de la generación que instauró en Bolivia el proceso democrático más largo de la historia de nuestra República.

Cochabamba, 13 de septiembre de 2020, (día de su cumpleaños).


(
Texto elaborado en base al libro “Testimonio y legado”)



[1] Expresión tomada de “Olla de Grillos” columna de humor del periodista Jorge Mansilla Torres, COCOMANTO.

[2] “El Deber” 4 de enero de 2015. https://www.eldeber.com.bo/bolivia/El-nazi-Barbie-creia-a-Bolivia-su-segunda-patria-20150104-21697.html

viernes, 11 de septiembre de 2020

JORGE RÍOS DALENZ VÍCTIMA DEL GOLPE DE PINOCHET (12/IX/1973)

Entre el 12 y 14 de septiembre de 1973, Jorge Ríos Dalenz es asesinado en Chile en una operación combinada entre las dictaduras de Banzer y Pinochet. La muerte de Ríos constituyó un duro golpe que cambió el destino del naciente MIR.

El martirio de Jorge Ríos Dalenz [1]
"Ese día nos visitaba Susy Requena, quién nos ocultó en nuestro dormitorio y nos leía un cuento mientras detenían a mi Papá. Lo bajaron y lo pusieron en un jeep sin capota, yo lo miraba sentado desde una ventana y me hizo un gesto diciéndome chau con las manos. Fue la última vez que lo vi". Se trata de parte del testimonio del hijo de Jorge Ríos Dalenz, Mario Ríos Galindo, sobre la detención de su padre en Santiago de Chile ocurrido el 12 de septiembre de 1973 por las fuerzas militares del Gral. Augusto Pinochet. Sólo cuatro días después se supo que el cadáver de Ríos Dalenz se hallaba en el Instituto Médico Legal "con la misma ropa con la que fue detenido, una clavícula fracturada y las rodillas descubiertas". Ríos Dalenz era dirigente del MIR, al producirse, en agosto de 1971, el golpe militar del entonces Cnl. Banzer Suárez, el político se vio obligado a buscar refugio en el Chile democrático de Salvador Allende en octubre de 1971. Se dedicó a trabajar para mantener a su familia, al mismo tiempo que estudiaba Ciencias Políticas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Veinticuatro horas después del golpe militar en Chile, a las 10 de la mañana del 12 de septiembre de 1973, decenas de soldados irrumpieron en el edificio donde vivía. Su esposa, Rosario Galindo de Ríos declara: "vimos llegar las patrullas por la calle Seminario. Vivíamos en el séptimo piso de un edificio de esa zona, Jorge pensó que semejante despliegue militar tenía el fin de detener a personas que estaban directamente relacionadas con el gobierno de Allende, algunos de ellos eran vecinos nuestros. Ni se imaginó que el operativo era para él". Su hijo acota que "mi hermano Jorge Eduardo y yo jugábamos fulbito en el pasillo de nuestro departamento cuando vimos llegar a los soldados. Subieron al piso y gritaban el nombre de mi padre buscándolo". "Un militar me preguntó si yo sabía dónde estaban las armas que supuestamente mi papá escondía en la casa...". Su esposa y sus hijos fueron a buscar al esposo y padre al estadio de Santiago. No los dejaron entrar, el recinto estaba cercado por un regimiento militar y miles de policías. El arquitecto boliviano Cardozo, que habló años después con la familia Ríos, dijo que luego de ser detenido fue llevado a un coliseo, no al estadio, lugar en el que se encontró con el político permaneciendo sentados en las graderías desde la tarde del 13. Más o menos a las dos de la mañana del 14 de septiembre Cardozo junto a otros presos fue obligado a permanecer boca abajo en las puertas de un camarín llegando a ver que Jorge era conducido a un sótano. Poco después un prisionero chileno le dijo que su amigo estaba muerto. Ya en el Instituto Médico Legal, la esposa vio miles de cadáveres amontonados en varias habitaciones. "Había jóvenes, ancianos y mujeres. Halle a mi esposo entre ese montón de cadáveres con la cara amoratada aunque reconocible". Luego de recuperar el cadáver y para fines de repatriación tuvo que quemarlo guardando sus cenizas en una latita de leche en polvo. La señora recuerda que en "esos días, el gobierno del Cnl. Banzer mandó una ayuda de víveres a Pinochet en un avión que llegó de La Paz. Algunos amigos presionaron para que mis hijos y yo pudiésemos retornar a Bolivia en ese avión. Nos prohibieron traer cartas o encomiendas". "Subimos casi sin equipaje. En el aeropuerto un militar de apellido Quiroga Terán impidió que suba al avión las cenizas de mi esposo me decía que por órdenes superiores". Conclusiones El informe de la Comisión Nacional de la Verdad y Reconciliación de Chile concluye afirmando que Ríos Dalenz estaba identificado por los servicios de seguridad chilenos ya que fue buscado y detenido en su domicilio. Que fue sometido a tortura y luego ejecutado sin derecho a defensa y que la su familia considera que el asesinato del dirigente fue resultado de una acción articulada entre las "dictaduras de Banzer y Pinochet". (…).
(Fragmento del libro: “Testimonio y Legado”, página 200).