El régimen del fraudetiranovirus no solo cometió corrupción, uso indebido de influencias, enriquecimiento ilícito, uso indebido de bienes del Estado, represión sangrienta y persecución política judicial, sino que fue un régimen que perjudicó a Cochabamba.
Su furia destructora se desató cuando sus milicianos asaltaron y quemaron la Prefectura cochabambina además de asesinar en la calle a Christian Urresti. Pese a los “14 años de bonanza” de que se jactaban, ni siquiera intentaron solucionar los principales problemas de Cochabamba, así, en el problema de la basura, dejaron a Cochabamba prisionera de sus milicianos que bloquean Kara Kara cuando le viene en gana al tirano fugado; no construyeron ni un hospital de tercer nivel, no solucionaron el problema del agua para la población de la zona sur que sigue comprando de cisternas; no solucionaron el problema del Río Rocha que sigue oliendo nauseabundamente; no solucionaron el camino Cochabamba – Santa Cruz en la zona de El Sillar; no rehabilitaron el ferrocarril, más bien lo destruyeron; liquidaron el Lloyd Aéreo Boliviano que era orgullo cochabambino, no continuaron la construcción del camino Cochabamba - La Paz por Sacambaya; sus loteadores deterioraron el medio ambiente, su alcalde construyó un puente que se cayó a días de su inauguración, sus concejales ganaron sin hacer nada, lo mismo que sus asambleístas departamentales, diputados y senadores, ni una ley que favorezca a Cochabamba.
Corrompieron a dirigentes sindicales y sociales, y hasta al Wilstermann lo pervirtieron. Definitivamente fue un régimen anti-cochabambino.
¡Supay apasuchun chay fraudevirusta sua t’apas!
¡Kausachun Cochabamba! ¡Huañuchun fraudetiranovirus!
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