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viernes, 11 de septiembre de 2020

JORGE RÍOS DALENZ VÍCTIMA DEL GOLPE DE PINOCHET (12/IX/1973)

Entre el 12 y 14 de septiembre de 1973, Jorge Ríos Dalenz es asesinado en Chile en una operación combinada entre las dictaduras de Banzer y Pinochet. La muerte de Ríos constituyó un duro golpe que cambió el destino del naciente MIR.

El martirio de Jorge Ríos Dalenz [1]
"Ese día nos visitaba Susy Requena, quién nos ocultó en nuestro dormitorio y nos leía un cuento mientras detenían a mi Papá. Lo bajaron y lo pusieron en un jeep sin capota, yo lo miraba sentado desde una ventana y me hizo un gesto diciéndome chau con las manos. Fue la última vez que lo vi". Se trata de parte del testimonio del hijo de Jorge Ríos Dalenz, Mario Ríos Galindo, sobre la detención de su padre en Santiago de Chile ocurrido el 12 de septiembre de 1973 por las fuerzas militares del Gral. Augusto Pinochet. Sólo cuatro días después se supo que el cadáver de Ríos Dalenz se hallaba en el Instituto Médico Legal "con la misma ropa con la que fue detenido, una clavícula fracturada y las rodillas descubiertas". Ríos Dalenz era dirigente del MIR, al producirse, en agosto de 1971, el golpe militar del entonces Cnl. Banzer Suárez, el político se vio obligado a buscar refugio en el Chile democrático de Salvador Allende en octubre de 1971. Se dedicó a trabajar para mantener a su familia, al mismo tiempo que estudiaba Ciencias Políticas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Veinticuatro horas después del golpe militar en Chile, a las 10 de la mañana del 12 de septiembre de 1973, decenas de soldados irrumpieron en el edificio donde vivía. Su esposa, Rosario Galindo de Ríos declara: "vimos llegar las patrullas por la calle Seminario. Vivíamos en el séptimo piso de un edificio de esa zona, Jorge pensó que semejante despliegue militar tenía el fin de detener a personas que estaban directamente relacionadas con el gobierno de Allende, algunos de ellos eran vecinos nuestros. Ni se imaginó que el operativo era para él". Su hijo acota que "mi hermano Jorge Eduardo y yo jugábamos fulbito en el pasillo de nuestro departamento cuando vimos llegar a los soldados. Subieron al piso y gritaban el nombre de mi padre buscándolo". "Un militar me preguntó si yo sabía dónde estaban las armas que supuestamente mi papá escondía en la casa...". Su esposa y sus hijos fueron a buscar al esposo y padre al estadio de Santiago. No los dejaron entrar, el recinto estaba cercado por un regimiento militar y miles de policías. El arquitecto boliviano Cardozo, que habló años después con la familia Ríos, dijo que luego de ser detenido fue llevado a un coliseo, no al estadio, lugar en el que se encontró con el político permaneciendo sentados en las graderías desde la tarde del 13. Más o menos a las dos de la mañana del 14 de septiembre Cardozo junto a otros presos fue obligado a permanecer boca abajo en las puertas de un camarín llegando a ver que Jorge era conducido a un sótano. Poco después un prisionero chileno le dijo que su amigo estaba muerto. Ya en el Instituto Médico Legal, la esposa vio miles de cadáveres amontonados en varias habitaciones. "Había jóvenes, ancianos y mujeres. Halle a mi esposo entre ese montón de cadáveres con la cara amoratada aunque reconocible". Luego de recuperar el cadáver y para fines de repatriación tuvo que quemarlo guardando sus cenizas en una latita de leche en polvo. La señora recuerda que en "esos días, el gobierno del Cnl. Banzer mandó una ayuda de víveres a Pinochet en un avión que llegó de La Paz. Algunos amigos presionaron para que mis hijos y yo pudiésemos retornar a Bolivia en ese avión. Nos prohibieron traer cartas o encomiendas". "Subimos casi sin equipaje. En el aeropuerto un militar de apellido Quiroga Terán impidió que suba al avión las cenizas de mi esposo me decía que por órdenes superiores". Conclusiones El informe de la Comisión Nacional de la Verdad y Reconciliación de Chile concluye afirmando que Ríos Dalenz estaba identificado por los servicios de seguridad chilenos ya que fue buscado y detenido en su domicilio. Que fue sometido a tortura y luego ejecutado sin derecho a defensa y que la su familia considera que el asesinato del dirigente fue resultado de una acción articulada entre las "dictaduras de Banzer y Pinochet". (…).
(Fragmento del libro: “Testimonio y Legado”, página 200).

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