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lunes, 6 de septiembre de 2021

EL MIR RUBRICA SU CERTIFICADO DE NACIMIENTO Y CONSTITUYE SU DNC-1



 El MIR rubrica su certificado de nacimiento y constituye su DNC-1
(Fragmento del libro: Testimonio y Legado)

Antonio Araníbar y Jaime Paz, en su refugio en casa de Marcel Ramírez, se reunieron con Alfonso Camacho, reunión en la que se informó la salida de Jorge Ríos y René Zabaleta a Chile. El debate se centró en el quehacer inmediato del CIR-MIR que, tras su reunión fundacional del 25 de mayo, había sido obligado a clandestinizarse. Se analizó la disyuntiva si el trabajo clandestino de Araníbar y Paz Zamora en el país resultaría más productivo o su partida al exilio. Asimismo, se encargó a Alfonso Camacho la coordinación general y se discutió mecanismos para evitar la dispersión de la militancia. Se le encargó específicamente la tarea de organizar reuniones con los tres grupos constitutivos del CIR-MIR. A sugerencia de Jaime Paz la primera consulta se haría con el grupo de los marxistas independientes.

El 25 de agosto Alfonso Camacho se reunió con el grupo de los Marxistas Independientes, estando presentes Carmen Pereira, Sebastián “Sebas”, María Esther Ballestaet “la Negra Petete” y Alain, compañero de nacionalidad francesa residente en Bolivia durante el proceso previo a la constitución del MIR. Alfonso Camacho puso en consulta, por una parte, la pertinencia de la permanencia de Toño y Jaime en Bolivia o la conveniencia de su salida al exilio y, por otra, la coordinación de las tareas del CIR-MIR en la clandestinidad. “Sebas” fue el primero en responder diciendo: Miren compañeros, todo el mundo está pelando (escapando) para el extranjero lo cual no es bueno y directamente planteó que ésta es la gran oportunidad de construir un partido y hay que quedarse. Continuó, dirigiéndose a Camacho: Es importante que lleves este mensaje y digas a Jaime y Toño que deben decidir que nos quedamos, ya que es un momento fundamental para el accionar político. Respecto a las tareas de coordinación que deben hacerse entre los grupos, “Sebas” acotó: No creo que deba ser el trabajo de Alfonso Camacho sino más bien hay que aprovechar que todavía están presentes en el país los dirigentes, quienes deben reunirse para en conjunto decidir lo que debe hacerse en el futuro, por tanto, mi sugerencia —terminó “Sebas”— es que se haga un esfuerzo para tener una reunión y se acuerde el tipo de mecanismo de coordinación que deba crearse, ya que es una decisión que la deben tomar los grupos políticos constitutivos del CIR-MIR.

Esa posición fue respaldada por Carmen Pereira, añadiendo que, pese a los peligros, se hace necesario que haya una conducción que permita lo que en el fondo se había propuesto el CIR-MIR: construir un partido de dirección del pueblo boliviano. Igual posición expresó María Esther Ballestaet.

Camacho transmitió inmediatamente a Araníbar y Paz la posición de este núcleo. Ambos coincidieron en lo acertado de las recomendaciones del grupo de Marxistas Independientes e inmediatamente decidieron efectuar una reunión con los tres núcleos, fijándose la misma para el martes 7 de septiembre. Encargaron su organización a Marcel Ramírez y Alfonso Camacho, ya que éstos, por trabajar en la Universidad Católica Boliviana (UCB)92, tenían una cobertura sólida; además, con ayuda de los alumnos del Centro de Estudiantes de la UCB se podía contactar a los compañeros con mayor efectividad y citarlos a la reunión. Se fijó como lugar ideal la Parroquia de Cristo Rey, donde vivía un sacerdote progresista y tenía un ambiente adecuado para la reunión.

La diligente gestión de los miembros del Centro de Estudiantes de la católica logró el contacto con Dulfredo Rúa Bejarano y Carlos Guzmán, los dos del Grupo Espartaco, asimismo, se notificó a Óscar Eid, quien se encontraba oculto en la casa de los padres jesuitas de La Paz. Ponerse en contacto con Ricardo Navarro, fue tarea dificultosa para Marcel Ramírez, pues estaba eficazmente protegido por su familia. Finalmente, una de las hermanas de Ricardo, después de consultar con él, facilitó su encuentro.

Por los marxistas independientes estuvieron “Sebas” y Alain y, ya iniciada la reunión, se incorporó María Esther Ballestaet. Además, participaron Alfonso Camacho, Marcel Ramírez, Antonio Araníbar y Jaime Paz.

Para que la reunión tenga el marco de seguridad apropiado, media hora antes de la hora pactada —10 de la mañana— Marcel Ramírez y Alfonso Camacho llegaron a la parroquia de Cristo Rey. Los compañeros del Centro de Estudiantes de la UCB, que habían llegado antes, reportaron la presencia del grupo Los Marqueses, sospechando que serían “buzos” del Ministerio del Interior. Rápidamente se tomó la decisión de trasladar la reunión a la casa de uno de los estudiantes de la UCB ubicada en la calle Jaimes Freyre, más o menos a dos cuadras de la parroquia.

Este cambio se realizó pronta y eficazmente. Se inició la reunión con la lectura de un documento preparado por Antonio Araníbar y Jaime Paz que contenía un análisis de la situación política, enfatizando que el 21 de agosto se había sufrido una grave derrota política y militar, tanto del movimiento obrero y popular como de los partidos políticos de izquierda. Derrota que tenía mucho que ver con las posiciones radicales adoptadas por los partidos presentes en la Asamblea Popular incluyendo al MIR. De esta forma, decía el documento, se había producido lo que tanto se temía: el advenimiento del grupo fascista de las Fuerzas Armadas desplegando una represión brutal que obligaba a tomar los máximos cuidados para no ser víctimas.

Concluida la lectura, el primero en hablar fue Dulfredo Rúa, manifestando su acuerdo con el contenido del documento, remarcando que era una evaluación preliminar; pasó a analizar la naturaleza del gobierno, se trataba de una dictadura sanguinaria y no debía caber equívoco con respecto a esa caracterización. Apoyando el tenor del análisis presentado, expresó que, a pesar de las circunstancias, se debía construir el instrumento de dirección política para la Revolución, aunque la acción política debía desarrollarse de manera muy sigilosa para eludir los mecanismos represivos, esas eran las circunstancias y la acción a desarrollarse debía considerar las limitaciones. Finalmente informó que su domicilio fue asaltado y que su familia vivía momentos muy difíciles por lo que pidió permiso para asilarse.

Tomó la palabra “Sebas”, ratificando los puntos de vista expresados en la reunión preliminar entre Camacho y el grupo de Marxistas Independientes, esta era la gran oportunidad para construir un Partido Revolucionario: había que quedarse en Bolivia, enfrentar la situación y construir, aún en las peores condiciones, el Partido Revolucionario.

Tras intercambiar análisis políticos coyunturales y perspectivas futuras, se tomó las siguientes decisiones:

1°. Nombrar una “Dirección” con Antonio Araníbar y Jaime Paz, en calidad de responsables políticos, constituida además por Óscar Eid y Ricardo Navarro. Esta Dirección Nacional Clandestina (DNC), sería fortalecida con personas a ser nombradas posteriormente.

2°. El 7 de septiembre de 1971 debía considerarse como día de la fundación del MIR ya que no era posible, como estaba estipulado en el documento constitutivo del CIR-MIR, convocar a un congreso. En consecuencia, esa DNC tenía carácter temporal mientras pueda reunirse un congreso que nombre una dirección definitiva.

3°. La construcción del partido revolucionario se haría en Bolivia y no en el exilio, debiendo permanecer su Dirección en territorio boliviano.

4°. La Dirección era funcional y colegiada, no tenía jefe, en actitud contrapuesta al caudillismo tradicional en la historia de los partidos políticos.

Se informó que Adalberto Kuajara estaba asilado en la embajada de México, al igual que Pablo Ramos. Finalmente, se consideraron las solicitudes de Dulfredo Rúa y Carlos Guzmán, autorizándose a ambos acudir al exilio voluntario. Fueron estas las decisiones de esa histórica reunión del 7 de septiembre de 1971.

Sobre este acto fundacional Antonio Araníbar expresa: el día de la fundación, el 7 de septiembre del 71, adoptamos los fundadores del MIR la definición que en ninguna circunstancia la Dirección Nacional del MIR podría ejercerse desde fuera del territorio nacional y que los dirigentes nacionales del MIR serían los que estuviéramos en la lucha clandestina en el país.


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