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lunes, 3 de junio de 2019

EL ENGAÑO COMO ESTRATEGIA ELECTORAL




La ciudadanía ha sido bombardeada los últimos días por encuestas que el Gobierno, a través de los medios estatales y paraestatales ha hecho circular como parte de su estrategia para posicionarse como “seguro ganador” tratando de inducir al falso debate que trataría de establecer si Evo Morales ganará en primera vuelta o en segunda vuelta y si tendrá dos tercios o perderá el control parlamentario.

Desde mi punto de vista la situación se presenta exactamente a la inversa, ya que a pesar de la propaganda gubernamental, el binomio Morales–García es en realidad un seguro perdedor y lo que la ciudadanía comenta es la magnitud del fraude que la dupla ilegal necesita para imponerse, puesto que está claro que en elecciones limpias Evo Morales no tiene ninguna posibilidad.

¿De dónde sale afirmación tan rotunda? Veamos: La única referencia válida incuestionablemente, a diferencia de las discutidas encuestas, es el resultado del referéndum del 21F de 2016, en la cual la votación superó el 50% en contra de la re-re-re-elección del binomio Morales–García. Ahora bien, preguntémonos: ¿de febrero de 2016 a la fecha se ha fortalecido el MAS? O, por el contrario, ¿se ha profundizado su desgaste? La respuesta es contundente, hechos como la habilitación ilegal, la corrupción, narcovínculos, crisis policial, crisis de la justicia, derrota de La Haya, las mentiras cotidianas en boca de los primeros mandatarios etc. han profundizado el desgaste del Gobierno, al punto que la palabra “hastío” es la que mejor describe el estado de ánimo de la población con relación al binomio ilegal.

Ni la campaña electoral entregando infinidad de obras municipales, ni las elecciones primarias, el espaldarazo del señor Almagro de la OEA y, ni siquiera, la masiva concentración de los obligados en el aeropuerto de Chimoré son hechos políticos que logren revertir el desgaste. Al contrario, la ciudadanía se reafirma cada vez con mayor fuerza en su rechazo a la re-re-re-elección indefinida.

Por ello, los estrategas del masismo (nacionales y extranjeros) han decidido ganar con trampa y para ello han diseñado una estrategia que intentará hacer medianamente creíbles los resultados que “su maquinita” cocinará, puesto que científica e históricamente sabemos que ningún fraude de la proporción que necesita el masismo es creíble.

La estrategia del engaño consiste en posicionar como verdades dos falsedades, utilizando para ello todos los recursos a su alcance: La primera falsedad es “que el voto duro de Evo es un tercio del electorado, el otro tercio sería voto duro contra Evo y quedaría un tercio indeciso que es el que va a definir la votación”. Esa tesis es falsa, porque como hemos señalado líneas arriba, el 21F ha demostrado que más del 50% es voto duro contra el binomio del MAS. Por el contrario, el voto duro del masismo se ha reblandecido por lo menos en un 10%, de manera que actualmente está cerca al 20%, siendo el techo al que puede aspirar limpiamente el 30%, un techo que ciertamente lo coloca muy por debajo de los discursos con los que el presidente Morales y sus corifeos quieren engañar al electorado.

La segunda falsedad es: “solo es posible ganarle a Evo Morales si se lo enfrenta a un candidato único”, afirmación también falsa, por cuanto la unidad de los candidatos y las siglas no hace la unidad del pueblo. La experiencia nos ha mostrado que, aunque haya varios candidatos, la votación se concentrará en aquél que garantice la victoria. La elección del mismo Evo Morales en 2005 fue una muestra de ello.

La aparición en las encuestas de un apreciable porcentaje de “indecisos” es un fenómeno característico de coyunturas autoritarias, ya que en realidad son ciudadanos que ocultan su preferencia electoral. ¿Qué empleado público, cooperativista minero, campesino o sindicalista podría decir al encuestador que votará contra Evo Morales? Por ello, incluso, alguna proporción de los que dicen que votarán por Evo en realidad ya han decidido votar contra Evo.

En conclusión, el voto mayoritario contra el binomio oficialista ya está decidido, lo que falta definir es la votación que obtendrán Carlos Mesa, Oscar Ortiz, Jaime Paz, Víctor Hugo Cárdenas y los demás candidatos, lo cual determinará si la derrota del binomio ilegal será en primera o en segunda vuelta.

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